Otra vez aquí.
Donde el alma no duerme
y el cuerpo no huye.
Donde el frio susurra
lo que el miedo intuye.
Con la piel descubierta
y la luna despierta.
Testigo silente
de una herida abierta.
Sobrestimulada por voces sin cara,
que rozan la piel,
pero no dicen nada.
Sola, vacía, quebrada.
No por falta de amor,
sino por su retirada.
El tiempo avanza
y tú detenida,
atada a una historia
jamás compartida.
No puedes decirlo,
no hay quien lo entienda.
Asi que lo tragas.
Asi que te encierras.
Vuelven las noches
que nunca se fueron.
Las mismas preguntas
que siempre volvieron.
El tiempo te pasa,
sin prisa, sin pausa.
Te pesa, te engulle, te arrastra.
La careta primero,
la sonrisa no basta.
Te vistes de calma,
ya toca mentir.
Otra vez aquí,
donde aprendiste a fingir.