El amor es esa última pieza de puzzle. Tan evidente, tan segura del sitio que debe ocupar y, sin embargo, tan huidiza, tan difícil predecir cuál va a ser esa pieza y si ni tan si quiera aparecerá al final. Unas veces aparece; queda la última de entre todas y sabes que es esa la que dará por fin sentido a todo. Otras, debido a nuestra impaciencia, al mal saber hacer, a esas prisas que nos llevan a pasar tantas cosas desapercibidas… Esas veces la pieza acaba perdida en algún recóndito rincón hasta que entiendes, tras buscarla desesperadamente, que ese puzzle jamás estará completo.
sábado, 21 de enero de 2012
jueves, 5 de enero de 2012
Peliculas que ves al azar, y acaban marcando etapas de tu vida.
Hace tiempo vi una película increíble: 500 (días juntos). Me sentí muy identificada con ella., con la protagonista. Me sentí identificada con lo que fui en su día. Pero conforme avanzaba la pelicula, comencé a sentirme como él, como alguien que siempre acaba perdiendo al apostar por quien no debía. Pero hace ya tiempo, que puedo cumplir perfectamente el perfil de la protagonista, de Summer.
Ella era muy independiente. Le angustiaba la idea de poder "depender" de alguien, o de sentir que ese alguien podía depender de ella. Poner "etiquetas" a las cosas "novio, pareja, relación". Todo eso solo creaba ataduras, la hacía pequeñita, y la incitaba a poder sufrir... o hacer daño a la otra persona. Sentía que todo eso, era algo que se le escapaba de las manos, algo que no era para ella. Sentía que el mundo vivía engañado a base de películas, historias de amor, cuentos de hadas y príncipes azules. El mundo entero habla de AMOR, cuando ella desconocía que alguien pudiera saber realmente de lo que hablaba.
Hubo un momento, en el que sintió que se había cerrado a todo. Que era incapaz de sentir. Se auto convenció de que esa era su manera de ser. Que ella necesitaba un espacio, un espacio impenetrable para todo aquel que no fuera ella. Hasta que un día, se despertó, y supo que si no había sabido hasta entonces lo que era enamorarse, no era porque no existiera, si no porque no había encontrado a la persona indicada que despertara en ella esa emoción, una que le diera el significado a esa palabra que tanto desconocía. Porque si hay una palabra que no pueda adquirir significado por sí sola, es esa. Una mañana se levantó y supo, que le había encontrado, que era él.
Esa es justo mi vida. Y él, eres tú. Te he encontrado. Lo sé.
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