El amor es esa última pieza de puzzle. Tan evidente, tan segura del sitio que debe ocupar y, sin embargo, tan huidiza, tan difícil predecir cuál va a ser esa pieza y si ni tan si quiera aparecerá al final. Unas veces aparece; queda la última de entre todas y sabes que es esa la que dará por fin sentido a todo. Otras, debido a nuestra impaciencia, al mal saber hacer, a esas prisas que nos llevan a pasar tantas cosas desapercibidas… Esas veces la pieza acaba perdida en algún recóndito rincón hasta que entiendes, tras buscarla desesperadamente, que ese puzzle jamás estará completo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario